Consejos Hunza, MI PRIMERA MASCOTA



Tener un animal de compañía es una fuente de bienestar y satisfacción, cuyos beneficios no solo están expuestos por sus propietarios, sino que están contrastados por numerosos estudios científicos y sociológicos.
Con la excepción de quienes no se sienten atraídos por los animales, todos somos buenos candidatos para tener una mascota, si bien para los niños y las personas que viven solas –muy especialmente los ancianos– son una profunda fuente de satisfacción. También lo son para quienes tienen algún tipo de trastorno que les incapacita parcialmente y la presencia de una mascota mejora su funcionalidad o simplemente, como a todos los demás, les hace sentirse más felices.
En cualquier caso, la elección de un animal de compañía no debe ser el impulso de un momento frente al escaparate de una tienda de animales, un anuncio en internet o la oferta de un amigo que ha tenido una camada, sino que requiere un análisis riguroso y honesto por nuestra parte, tanto para que no nos arrepintamos de la decisión como para que la elección sea la adecuada.
A este respecto, si tenemos la intención de regalar una mascota, debemos tener la plena seguridad de que la persona que la va a recibir la desea de verdad y, además, que sea la mascota adecuada a su tipo de vida y sus gustos. Es decir, que solo se la regalaremos si la elige el futuro propietario.

CADA PERSONA TIENE SU MASCOTA PERFECTA

Aunque todos podamos considerarnos unos potenciales buenos propietarios de mascotas en tanto conozcamos y respetemos sus verdaderas necesidades, no todas las mascotas son adecuadas para todo el mundo, por lo que como parte fundamental de la decisión está hacer una selección minuciosa según nuestro tipo de vida, nuestra personalidad y nuestros gustos.
Independientemente de la mascota que elijamos y del método que hayamos utilizado para conseguirla, jamás podremos dejar en segundo plano que es un ser vivo completamente dependiente de su propietario, ya que nunca ha tenido la oportunidad de aprender a luchar por el sustento ni a buscar cobijo o a identificar dónde está el peligro.
A cambio de unos pocos cuidados, la mascota nos colmará de cariño y alegría de vivir, como si estar con un animal cerca nos llevara de vuelta a ese mundo ancestral relacionado con la naturaleza que se ha quedado arrinconado en nuestra mente pero que nos resulta primordial para mantener el equilibrio emocional.

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