Consejos Hunza, Primeros auxilios en mascotas: cómo curar heridas abiertas


Primeros auxilios en mascotas: cómo curar heridas abiertas


Tener una mascota va más allá de los cuidados y la alimentación del peludo. Los primeros auxilios para mascotas pueden librarte de más de un dolor de cabeza, sobre todo si tu mascota es curiosa o aventurera.

A veces, nuestro compañero tiene un temperamento fuerte, es poco sociable, extremadamente curioso o quizás demasiado aventurero y arriesgado.

Si alguno de estos adjetivos describe a tu mascota, entonces te vendría bien saber cómo reaccionar en caso de una emergencia para que no te asustes al verlo llegar a casa con cara de malhumorado y alguna herida o arañazo.

Por el simple hecho de que son mamíferos, pero NO humanos, ten presente que nuestros medicamentos no siempre son buenos para ellos, y muchos incluso son tóxicos y sumamente dañinos para su organismo.


Kit de primeros auxilios

Tener preparado un kit de primeros auxilios para mascotas puede ser de gran utilidad en estos casos. A parte de poder tenerlo todo a mano en caso de una emergencia de cualquier tipo, puede tranquilizarte un poco saber que tienes los elementos adecuados para el momento de la emergencia.

Entre los artículos indispensables para emergencias de este tipo, debes incluir alcohol, yodo, agua oxigenada, gasas, vendas elásticas, cinta adhesiva, suero fisiológico, tijeras de punta redonda, guantes desechables, rifocina y gel o aerosol matagusanos.

Además, independientemente de la raza o tamaño de tu perro o gato, siempre tienes que tener una toalla que sea solo para ellos, un collar isabelino, un paseador y un bozal.

No importa cuánta confianza tengas en tu animal o cuán manso sea, puedes conocer su peor carácter cuando el alcohol toque su herida, y es mejor prevenir que tener que curar una nueva herida (en ti) por darlo todo por sentado.


¿Cómo curarlo?

Sea macho o hembra, gato o perro, grande o pequeño, lo primero que debes hacer es asegurar al animal. Busca ayuda de una segunda persona que lo sostenga para que puedas realizar la cura sin mucho estrés.

Después de colocar el bozal, en el caso de los perros, quien te ayude tiene que rodear con un brazo el pecho del animal y apretarlo contra su pecho con una mano sobre su cuello, y con el otro brazo sostener la parte trasera evitando que escape, salte o se mueva, y dejando al lado opuesto la herida que hay que curar.

En el caso de los gatos, también es recomendable que pidas ayuda a un tercero para evitar enfrentarte al temperamento de tu amigo malherido. Envolverlo en una toalla como si fuera un burrito o taparle los bigotes y la cara dejando solo la herida expuesta, te ayudará en gran medida a facilitar el procedimiento de cura.

Otro modo de inmovilizar a ambos animales es cogerlos por la piel de la nuca con firmeza, esto no les produce ningún daño físico y contribuye a que se queden quietos un momento, pero pueden quedar resentidos emocionalmente después del tratamiento.

El segundo paso en ambos casos es limpiar la zona de la herida cortando el pelo alrededor de ella. Esto eliminará un factor infeccioso a posteriori: que la herida cicatrice con pelo dentro. Puedes hacerlo con tijeras de punta roma u hojas de afeitar comunes, preferiblemente nuevas y desechables.

Después tienes que limpiar la herida, puede ser con jabón diluido en agua o suero fisiológico, utilizando para ello gasas estériles y una jeringa con agua limpia. La idea es eliminar toda la suciedad para evitar que la herida se infecte. Es importante asegurarse de que no queden residuos de jabón en ella.

El siguiente paso es desinfectar la herida con yodo diluido o agua oxigenada, aplicarle un cicatrizante y, finalmente, una pomada mata gusanos como prevención.

Si se trata de una herida profunda, es recomendable vendar con gasas estériles precortadas y asegurarlas con gasas o vendajes adhesivos, y llevar a nuestro amigo al veterinario para más instrucciones y una posible sutura del animal.

Si es una herida superficial, es preferible dejarla secar al aire para que cicatrice con mayor velocidad.

Lo ideal es realizar este proceso una vez al día hasta que la herida se haya cerrado por completo; y para facilitar la cicatrización, el uso del collar isabelino nunca está de más.

Estas heridas molestan a nuestras mascotas, y su instinto les llevará a lamerlas para apaciguar el ardor con su saliva, lo que puede conllevar intoxicación por ingesta del desinfectante utilizado y puede ralentizar el proceso de cicatrización.

Qué NO hacer

–          Si la herida está localizada en una zona con mucosas o cerca de ellas, como orejas, nariz, ojos u órgano reproductor, utilizar alcohol para limpiar la zona puede no ser la mejor de las opciones. Utilizar un desinfectante menos agresivo y acudir al médico sería lo mejor.

–          Tratar de suturar a nuestro amigo. Si la herida es profunda, una limpieza general y acudir a profesionales es lo correcto y lo mejor para él.

–          Confiar en el temperamento de nuestra mascota. En estos casos, no sabes qué le hará hacer su instinto. Así que no ponerle un bozal o amarre adecuado sería una gran irresponsabilidad que podría costarte muy caro.

–          Utilizar algodones para limpiar la herida. Pueden quedar restos incrustados en la piel que no sean percibidos por nuestra vista, pero sí por sus sistemas de defensa. Esto puede conducir a una herida infectada y difícil de curar.

Estas indicaciones son aplicables tanto para primeros auxilios como para tratamientos postoperatorios. En ambos casos, pedir consejo a tu veterinario de confianza será siempre la mejor opción.


 

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